Allande

Alcaldía: Dª. Mariví López Villamarzo
Capital: Pola de Allande
Domicilio Social: c/ Donato Fernández nº 2 33880 POLA DE ALLANDE
Población Año 2022: 1.574 habitantes.
Teléfono: 985807004
Fax: 985807342
Página Webwww.allande.es

allande

Concejo de una gran extensión 369,41 km2, situado en el interior occidental asturiano a caballo entre los ríos Narcea y Navia, su capital es Pola de Allande, a una distancia de 104 km2 de la capital del Principado. Está limitado por los concejos de Villayón, al norte; Tineo, al noroeste; Cangas del Narcea al Suroeste; Ibias al sur; con el municipio lucense de Negueira de Muñiz, Grandas de Salime y Pesoz al oeste; e Illano al noroeste.

Los pueblos con mayor número de habitantes son por este orden: Pola de Allande su capital, Berducedo, Cereceda, Celón, Prada, Santa Eulalia y San Emiliano.

Sobre su compleja orografía de origen paleozoico, se extiende una nutrida vegetación de robledales, de hayas, de castaños y de abedules. Aunque la flora autóctona ha sido en parte sustituida por repoblaciones de pinos. Una gran fauna de jabalíes, urogallos, rapaces, liebre, corzos e incluso algún oso completa la riqueza natural de Allande.

La mayor parte de su territorio está declarado Monumento Natural, siendo los milenarios Tejos de Santa Coloma y de Lago y el alcornocal de Boxu, sus máximos exponentes. La deforestación y el abandono de los cultivos tradicionales como el cereal y el viñedo han orientado su economía hacia la ganadería, centrada en la cabaña bovina y caballar. Se mantiene, no obstante, alguna área agrícola residual y destinada al autoconsumo. En menor medida también sigue siendo un recurso económico la industria maderera.

Su territorio es extremadamente montañoso y accidentado que se organiza entorno a las sierras de Palo y la de los Llagos de Orúa que hace de espinazo divisorio tanto en el aspecto cultural, como en el humano y el económico. De esta sierra su punto más alto es el pico Pachón de 1.416 metros que se desgaja en una serie de estribaciones que cubren todo el territorio, también hay que destacar la sierra de Carondio cuyas cumbres son superiores a los 1.200 metros, y las sierras de Ibogo y Cazarmosa, que hacen de línea divisoria con Cangas de Narcea. En el extremo sur se levantan las sierras Valcacer con alturas superiores a 1.200 metros, y en el flanco occidental los cordales de Berduceo y Bedramón y la sierra de Muriellos. Hay pequeños cordales que marcan valles y angostas cañadas. Todo ello marca un territorio con una altitud media elevada, utilizándose todas estas pendientes para un aprovechamiento agrícola.

Su clima está marcado por su orografía, ya que en las sierras altas es húmedo y frío y en las zonas bajas un poco más templado, teniendo que destacar el valle de Valledor, que pose un microclima al ser un valle cerrado. El valle presenta un clima más suave y con menos precipitaciones, lo que le permite tener en su suelo especies de tipo mediterráneo.

La capital del concejo es Pola de Allande y está situada al este del municipio en la confluencia de las carreteras Oviedo-Lugo y Luarca-Cangas de Narcea.

Destaca entre su arquitectura tanto civil como religiosa, la parroquia de San Andrés, el palacio de Cienfuegos; la casa del Fraile, el Ayuntamiento y otros tantos edificios de interés, de aire montañés o modernista como el chalet de Las Veiga.

El concejo de Allande tiene en 2021 una población de 1.620 habitantes, que representa un 20% de la existentes en 1900. Esto es debido a una evolución demográfica marcada por dos periodos muy diferentes. El que trascurre de 1900 a 1930, donde existe una importante corriente migratoria a ultramar (Cuba, Argentina, Puerto Rico y República Dominicana), y otra a partir de 1960, que coincide con el proceso de industrialización que tiene todo el país y de forma especifica el centro de Asturias.

Todo este movimiento demográfico afectó a su economía, disminuyendo la superficie cultivada, dedicándose la mayor parte de las tierras a las plantas de forraje y, en consecuencia, a la explotación ganadera de vacuno, dominando la raza asturiana para carne. Se celebran grandes ferias anuales de ganado el 8 de mayo y el 29 de septiembre: San Miguel y San Miguel.

La más antigua presencia humana que se detectó en su territorio, son grupos neolitizados, que han dejado su huella en la arquitectura megalítica, de la que procede la piedra dolménica de la Tumba de Castellí. Otro periodo bien representado en las tierras allandesas corresponde a la cultura castreña, y de la que sólo el Castro de San Chuis fue excavado y por lo hallado hasta ahora se data en la época romana. Debía estar en directa relación con las minas de oro situadas cercanamente, metal que fue precisamente el acicate para la ocupación romana de estos territorios. Estas explotaciones auríferas han dejado multitud de vestigios y huellas en el paisaje de Allande y una de estas huellas fue la cantidad de metros cúbicos de tierra que fueron afectados y movidos.

En líneas generales podemos agrupar las minas de esta zona en tres conjuntos: el primero, la zona del Altu´l Palu en donde se hallan las conocidas Cova de Xan Rata, Fama la Freita y el túnel de Montefurao. Otro conjunto estaría en el valle del río d´Or tributario del Navia, y el último grupo estaría entorno al castro de San Lluis. Éstas últimas explotaciones debieron empezar en el siglo I y cesar al comienzo del siglo III.

Sigue un periodo poco conocido, es posible que por su situación haya estado bajo el control del reino suevo y luego del visigodo. Las primeras referencias documentales son del siglo X, pero en su mayor parte se consideran sospechosas de falsedad, pero ya en el siglo XI, ciertas entidades eclesiásticas monásticas comenzaron a dejar sentir su influencia económica y feudalizante en esta zona. Destaca el influjo del monasterio de San Juan de Corias que contaba en 1.044 con una dotación de abundantes tierras allandesas, pero habrá otros monasterios que cada vez acapararon más tierras, destacando así, el de Santa María Celón. También el cabildo catedralicio disponía de propiedades en la comarca durante la baja Edad Media. No faltaron los conflictos por los diezmos del arciprestazgo de Allande y la iglesia de Oviedo, así tenemos un ejemplo con la iglesia de San Salvador de Oviedo entre los años 1.262 y 1.269. El Obispo Pedro otorga a los hombres del concello de Allande dependientes de la Iglesia, todo cuanto halla en su propiedad para que puedan «fazer poblu» imponiendo como fuero la cantidad de 110 maravedis al año, esta decisión debía de surtir efecto pues para 1.277 aparece Allande entre los pueblos del occidente asturiano que establece hermandad con la villa de Avilés para prestarse ayuda en el mantenimiento del orden en sus territorios. También debió influir en el desarrollo el privilegio otorgado por Alfonso IX, ya que este concejo fue paso en la peregrinación del camino de Santiago.

Durante el reinado de Fernando VI el concejo de Allande fue moneda de cambio que utilizaba la corona para pagar sus servicios a los leales, particularmente a la familia Quiñones. Contra estas concesiones protestaron los vecinos y en 1.378 un representante de Allande estuvo presente en la Junta General reunida en Oviedo para rechazar estas prerrogativas impuestas.

Del dominio de la familia Quiñones pasó a Rodrigo de la Rúa quien la compra por un millón de maravedíes. Rodrigo de la Rúa fundó mayorazgo a favor de su hijo mayor Gutiérrez González de Cienfuegos y en adelante el señorío de Allande permaneció ligado a la casa de Cienfuegos que obtendrá en el siglo XV, el título de condes de Marcel de Peñalba. Las prerrogativas fueron mantenidas hasta la reforma constitucional de 1.812

La presencia del concejo de Allande en la Junta General no fue siempre continuada y su representación fue ejercida por algún miembro de la casa Cienfuegos.

Los tiempos modernos no trajeron grandes transformaciones ya que en el siglo XVIII continuaba siendo fundamentalmente un concejo agrario. El escaso complemento industrial, estaba en los mazos de hierro hidráulicos que se utilizaban para estirar el hierro, situados en Mazo de Arriba, Mazo de Abajo, Colobredo y la Puente. Todos ellos eran propiedad de un viejo poder feudal: el conde de Peñalba, señor de Cienfuegos. Si hay algo que llama la atención de la evolución histórica moderna de Allande es la resistencia anti señorial protagonizada por sus vecinos, hay continuas quejas y recursos contra el conde, hasta que en 1.742 el concejo de Allande será castigado por su resistencia con el «perpetuo silencio». En 1.744 se dictan unas ordenanzas en las que se reconoce el señorío de la casa de Cienfuegos.

El siglo XIX traerá la guerra de la independencia que afectara al término al ser cruzado por las tropas francesas. La Constitución de Cádiz traerá la deseada autonomía concejil para Allande liberada de la interferencia señorial. Durante este siglo la actividad agraria se mantiene igual y la industria del hierro se reconvertirá en tres herrerías, que en la década de los ochenta se ven obligados a cerrar ante la competencia de las factorías industriales con los altos hornos.

La guerra civil afecta de forma marginal al concejo, quedando a un lado de la penetración de las columnas gallegas de los sublevados. Si tuvo cierta incidencia posterior la actividad de las guerrillas, sobre todo las operaciones de la partida de Serafín Fernández, más conocido como «el Santeiro».

Los siglos XIX y XX, están marcados por su descenso demográfico, debido a la emigración transoceánica que fue parada momentáneamente, coincidiendo con la construcción del salto de agua de Salime, aunque esta recuperación no duro mucho ya que el embalse cerraba sus tradicionales canales de comunicación y convirtió todo el Valledor, en un fondo de saco que provocó el abandono de pueblos enteros. Sus pobladores se dirigen en su emigración hacia Europa y hacía el centro industrial de la región.

En la actualidad, el despoblamiento ha remitido, pero no por el mejoramiento del empleo en Allande, sino por la falta de empleos en los centros de destino de esa emigración.

En Allande encontramos varias muestras de la cultura megalítica, como la piedra dolménica de Pola de Allande, túmulos como los de Fonfaraón y numerosos castros como el de San Chuis, de donde procede la tosca cabeza de guerrero conservada en el museo del castro de Coaña, y el del Castillo en Berducelo. Donde fue descubierta, la única arrancada o pendiente prerromano que se conoce en Asturias, es de oro y está compuesto por dos laminas en forma de media luna, con filigranas y granulado que configuran cenefas.

En la arquitectura religiosa y señorial hay numerosos testimonios, entre los que destacan:

La iglesia de Celón, de estilo románico de principios del siglo XIII, consta de una sola nave rectangular y ábside con bóveda, que guarda en su presbiterio unas importantes pinturas murales de la Pasión de Cristo y Coronación de la Virgen del siglo XVI, de un artista desconocido, al que se le denomino maestro Celón.

La iglesia de San Andrés de Pola de Allande, a pesar de sus añadidos modernos, es una obra de principios del siglo XVI, con muy buenos trazos arquitectónicos y un retablo manierista que nos recuerda la escuela de Berruguete.

En su arquitectura civil destaca:

El palacio de Cienfuegos, situado en una colina que domina la villa de Pola de Allande. Su primera construcción fue en el siglo XIV, reedificada en el XVI por el nuevo señor de Cienfuegos. Consta el palacio de tres torres y planta en L, con un aspecto exterior muy sobrio por su carácter defensivo. Nuevamente reformado en el XVIII para adaptarlo a residencia palaciega del conde de Peñalba, el aspecto de total desornamentación sólo se atenúa en el patio rectangular y sin pórticos, en cuyos ángulos se adosa al primer piso una galería corrida de madera, apoyada en gruesa y tosca columna de mampostería.

Casa torre de San Emiliano, es una torre cuadrangular de tres plantas del siglo XVI, que tiene dos cuerpos adosados, uno al sur de dos plantas y de similar construcción y otro al oeste ya posiblemente del siglo XVIII.

También del siglo XVI es la Torre de San Martín de Valleador, casa cuadrangular de tres pisos con el escudo de la familia construida en sillarejo y mampostería, su simetría esta marcada en un eje central que es la puerta con dintel y sobre ella podemos observar el escudo.

Hay otras casonas como la casa-palacio de los Flórez, hoy convertida en casa de labor, y que está dispuesta en torno a un núcleo central torreado y realizado en mampostería con sillares enmarcando vanos, que en la fachada principal son de rejería.

Por último destacaremos el Ayuntamiento de Pola de Allande, obra de Regino Pérez de la Sala construido en 1907, con tipología clásica de este tipo de edificios: pórticos con arcos, balcón destacado, escudo y reloj. En su decoración destacan: frontones curvos y rectos, y pilastras acanaladas.

El Hórreo Allandes

Los hórreos y paneras de este concejo tienen cubiertas de pizarra en los tejados, salvo los del valle de Arganza, que pueden ser de teja. Las paneras fueron sustituyendo a los hórreos a mitad del siglo XVIII, a medida que se difunde el cultivo del maíz y se necesitan corredores más largos para secar el maíz.

Lo que sí se destaca es el especial estilo de decoración de los hórreos en Allande, definido por motivos geométricos inscritos en grandes círculos, (cuatro comas dentro de un circulo). El diseño más complicado no surge hasta el siglo XVII, en el que aparecen rostros, de rasgos estilizados con los ojos almendrados. Su esplendor lo alcanza en el siglo XIX y va decayendo a medida que se hacen más complejas, pues al añadirse corredores no tiene sentido tallar motivos que van a quedar ocultos. Por contra la ornamentación del corredor se va enriqueciendo con balaustras torneadas y tablas recortadas con cenefas de temas vegetales o geométricas.

Las mejores muestras de esta arquitectura se dan en los pueblos de San Martín de Beduledo, Linares, Argancinas, Puentenuva.

Las principales: son las de Nuestra Señora de Avellano en Pola de Allande del 7 al 10 de septiembre, con los fuegos artificiales de la noche del día 8, coincidiendo esta fiesta con la recogida de la avellana. La tradición dice que unos pastores descubrieron la imagen de la Virgen, cobijada en las ramas de un avellano. Las de Nuestra Señora de Belderaman el 15 de agosto, siendo típico acercarse hasta este santuario enclavado en la sierra de su nombre. El santuario es de finales del XVII, y en el hay una fuente, de la que se dice posee propiedades curativas, sobre todo para el bocio.

Todos los pueblos tienen una fiesta que coincide con su patrón o patrona y se celebra el domingo más próximo a la festividad. Así destacaremos San Jorge de Monon el 29 de junio, San Pedro de Valbona el 29 de junio, Santa Isabel en Berducedo primer domingo de julio, San Cristóbal en Campo el Río segundo domingo de julio, San Roque en Fonteta el 16, 17y 18 de agosto.

En azur, la Cruz de la victoria de oro y piedras preciosas, con las letras griegas Alfa mayúscula y Omega minúscula ambas de oro y colgadas de sus brazos. Bordura de ocho menguantes de oro, con corona real abierta.

La bordura cargada de menguantes significa, la participación de los Allandeses en la batalla del Salado contra los musulmanes, el 30 de octubre de 1340. El menguante es el símbolo del Isla pero con las puntas hacia abajo, es el símbolo empleado en la heráldica de los países cristianos para simbolizar la victoria contra el mundo musulmán.

En 1906 El alcalde de Allande, tenia dispuesto otro escudo de armas, era un escudo partido, con las armas del Obispado de Oviedo y las de los Cienfuegos.

Cuando el alcalde aun no se había decidido, recibió una carta del heraldista madrileño Manuel S, Loc, en la que le decía que el proyectado escudo era incorrecto y se ofreció a mandarle el autentico, otorgado por el rey Alfonso XI al pueblo allandes, por la ayuda prestada en la batalla del Salado.

Gran ATLAS del Principado de Asturias.
Edita: Nobel S.A.

Asturias a través de sus concejos.
Edita: Prensa Asturiana.
Autor: Juaco López Álvarez.

Hórreos y paneras del concejo de Allande.
Edita: Biblioteca Popular Asturiana.
Autor: Junco López Álvarez.

Heráldica Institucional Vexilología del Principado de Asturias.
Edita: Principado de Asturias.
Autor: Eduardo Panizo Gómez.

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